ALIQUID PRO ALIQUO: ASOCIACIÓN, REPRESENTACIÓN Y SIGNIFICACIÓN

La tradición semiótica occidental se inicia con san Agustín. La antigüedad grecolatina no ha legado una teoría integral del signo, incluso considerando la labor de los estoicos (Meier-Oeser, 2003). La elaboración agustiniana del signo (“Signum est quod se ipsum sensui et praeter se aliquid animo ostendit”, De Dial.), a la que el pensamiento medieval nunca dejó de regresar bajo la fómula del aliquid pro aliquo, perduró como primera referencia teórica hasta Roger Bacon. Aunque en la obra de san Agustín podemos encontrar por cierto claros elementos que asocian el signo y el conocimiento, los signos no son por él homologados con la actividad intelectual sin más, sino con el primer recurso de esta (“sed res per signa discuntur”, De Doctr. Christ., 1,1: la cosa se aprende por medio de signos). La jerarquización del signum verbi por sobre la vox verbi (la palabra verbalizada) conduce por cierto hasta el concepto, pero no será sino hasta el siglo XIII que la lógica semántica asimile la representación mental (re- praesentatio: praesens facere) con un signo stricto sensu, inaugurando una versión del proceso semiótico que en Peirce -no olvidemos: movido por intereses epistemológicos- adquiere forma definitiva para la modernidad (asumiendo que toda la actividad del pensamiento ocurre por la mediación de signos y a través de un proceso semiótico). Con todo, este mentalismo de la semiosis ha encontrado algunos objetores (Eco, por ejemplo, impugna la rápida homologación entre inferencia y significación). Las restricciones y cautelas de Eco acaso no son suficientes. En el marco de una discusión general sobre los límites naturales de los procesos de significación, se pretende controvertir: (a) la asimilación de toda variedad de asociación a la noción de signo; (b) la reversibilidad de la relación significado-significante como requerimiento de la condición de signo según U.Eco (1973); (c) la asimilación de representación mental a signo stricto sensu; (d) la pertenencia de todo caso de representación a la semiosis, teniendo presentes ciertos casos normalmente concebidos como signos ejemplares (imagen, música). Contra la tendencia más contemporánea a extender el territorio de la semiótica hasta niveles subcelulares (Barbieri, 2008), se defiende una versión agustiniana de signo, mucho más restrictiva y ajustada a los parámetros de un proceso particular de asociación y representación. Se propone, como corolario, una lectura del aliquid stat pro aliquo en el sentido de un aliquid pro aliquo stare volens. Referencias: Barbieri, M. (2008). Biosemiotics: a new understanding of life. Naturwissenschaften, 95,577-599. Eco, U. (1973). Signo. Barcelona: Labor (1988). Meier-Oeser, S. (2003). Medieval semiotics. En: The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Summer 2011 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL = <https://plato.stanford.edu/archives/sum2011/entries/semiotics-medieval/>. San Agustín (1975). De dialectica. Dordrecht: Reidel. San Agustín (1963). De doctrina christiana. En Sancti Augustini Opera, Viena: CSEL.
País: 
Argentina
Temas y ejes de trabajo: 
Las historias de la semiótica: fundaciones y continuidades
Semiótica y filosofía
Institución: 
Universidad Argentina de la Empresa
Mail: 
fgrxyz@gmail.com

Estado del abstract

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Accepted
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