Juan AngelMagariños de Morentin (San Juan de Poyo, Pontevedra, España,1935; San Salvador de Jujuy, Argentina, 2010) se graduó como licenciado en derecho en la Universidad de Barcelona, en 1969 y se radicó en la Argentina en 1971. Lo conocí ya en 1973 en un curso en la Sociedad Hebraica sobre “Introducción al estructuralismo”, tema muy en boga en aquellos tiempos. Sin embargo, buena parte del curso fue sobre semiótica peirceana. Ese mismo año empecé a preparar con él mi trabajo sobre “Museos y galerías de Arte”, tema que se estaba investigando en UniversitàdegliStudi di Firenze, Italia, donde iba a transcurrir mi beca de posgrado 1974-75. Así fue como conocí el modelo operativo que él llamaba “el Cuadro de Peirce”, y sólo unos años después, descubrí que no era “de Peirce” y que además Peirce mismo nunca lo hubiese propuesto porque el objetivo principal en su clasificación de los signos no era práctico como era el objetivo de Magariños, sino principalmente, filosófico. Digámoslo claramente, Peirce nunca hizo un análisis de un signo en sus 9 o 27 aspectos o subsignos, Magariños sí me enseñó a hacerlo… y con eso dio inicio a una precoz versión del Applying Peirce. A mi vuelta de Italia, además de compartir con Magariños un estudio de Diseño en ILAE –Instituto y Laboratorio de Análisis Estructurales– donde hicimos algunos trabajos de publicidad gráfica, editorial y de stands de exposición, seguí profundizando con él mis estudios peirceanos. Finalmente, el Cuadro de Peirce se transformaría en 1985 en mi cátedra de Semiótica de la Arquitectura de la FADU-UBA –compartida con Magariños durante tres años– en el modelo operativo que recién en 2001 fue bautizado coherentemente como Nonágono Semiótico. Pero esta es otra historia… Magariños fue profesor de Semiótica y Metodología de Investigación en la Universidad Nacional de Jujuy y en la Universidad Nacional de La Plata. Fue un investigador incansable y dictó numerosos seminarios en carreras de grado y posgrado, en la Argentina y en el exterior.Fue docente del Doctorado en Semiótica del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba y del doctorado de la FADU-UBA. Se desempeñó como profesor visitante, investigador invitado y fue director de tesis de grado y posgrado. Encabezó numerosos proyectos de investigación y seminarios. Pero, fundamentalmente, fue un extraordinario profesor, dedicado y generoso y, seguramente, el mayor difusor en la Argentina de la propuesta peirceana.