Semiótica de género: comprensión de la revolución de género como fenómeno sígnico.

Mediante la teoría pragmaticista de C.S. Peirce, el concepto de género es posible entenderlo como un signo en transformación generador de otros signos, ya que para el filósofo, el signo puede ser usado para señalar tanto a un objeto perceptible como a algo solo imaginable (Cfr, Peirce, CP 2.230) y bajo la triada paradigmática de signo, objeto e interpretante es posible dar cuenta de la transformación que ha ocurrido con este concepto en las últimas décadas y por qué este tiene un carácter performativo y en permanente construcción . Por lo mismo, el concepto género se transforma en sí mismo en una regla general, no sensible, pero particular, porque lo podemos encontrar en los individuos mismos de manera simbólica. Partiendo de esta base, Lauretis es pionera en proponer que el género es una construcción de índole semiótica y no determinada por el sexo biológico ni tampoco algo reductible simplemente a los parámetros socioculturales. Es así como, entender el género como representación discursiva abre un camino nuevo de investigación con respecto a cómo se manifiestan los seres humanos y también la sociedad a través de las instituciones, mediante el uso del lenguaje o sus productos simbólicos. Según Lauretis la realidad del género consiste en el efecto de su representación, el género llega a ser real en los sujetos cuando este se asume como una forma propia de identidad social. (Cfr. Lauretis, 2015) La semiótica de C. S. Peirce transita dentro de una triada, siendo, en este caso, el concepto “género” no sólo un signo sino, también un posible interpretante o un objeto de la semiosis misma. Cuando Peirce afirma que “el hombre es un signo” (Peirce, CP 5.314), manifiesta que este no solo es producto de otros signos que lo anteceden, sino también generador de nuevos signos, al consolidarse como el interpretante de una porción de realidad. Un ejemplo de lo anterior podría ser que, en nuestros tiempos, el ser humano manifiesta la revolución de género a través de ciertos símbolos. Uno de ellos por ejemplo, es la bandera del LGBTI, tomemos esto como un signo, así el objeto que le compete a este signo serán las construcciones teóricas asociadas a este él y su interpretante, pensemos en un interpretante emocional, (que es aquel que emocionalmente produce de forma inmediata) puede consolidarse como un nuevo signo generando una nueva cadena en la semiosis, Si nos detenemos un poco en el ejemplo anterior, es posible analizar que el símbolo propuesto lo podemos desarrollar desde diferentes enfoques dentro de la semiótica y que pragmáticamente es una estructura teórica. Es posible afirmar que “género” es una generalidad donde cabe cualquier x que corresponda con la identidad de un ser humano. De este modo, el género analizado desde la semiótica Peirceana no es un concepto ontológico sino pragmático.
País: 
Chile
Temas y ejes de trabajo: 
Semiótica y filosofía
Institución: 
Universidad de Valparaíso
Mail: 
Loretopaniaguavaldebenito@gmail.com

Estado del abstract

Estado del abstract: 
Accepted
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