Historicamente la medida del hombre fue explicada de diferentes formas. En el primer tratado de arquitectura de Vitruvio del año 23 a.C. la descripción se hace sólo mediante un texto verbal. Desde el inicio las partes del cuerpo eran consideradas como la forma de medir objetos y hábitat. El tratado de Vitruvio no contenía ninguna imagen, por lo tanto, podríamos decir que mediante las descripciones construía un nivel simbólico –Terceridad– de la Arquitectura. El renacimiento italiano –momento de revalorización del clasicismo griego– le da valor gráfico al tratado y así aparecen distintas ilustraciones de carácter analógico, indiciales –Segundidad–. El ejemplo más conocido es el llamado hombre de Vitruvio dibujado –diseñado– por Leonardo da Vinci en 1492. El dibujo de Leonardo da cuenta de lo que en esa época se pensaba respecto del hombre en relación al cosmos y se consideraba que esa representación ideal daba cuenta de proporciones armónicas. Finalmente, el Movimiento Moderno –con su pretendida ruptura con la historia y lo clásico– plantea con Le Corbusier y su libro El Modulor (1948) una versión abstracta del hombre a través de una serie matemática que él denomina El hombre con el brazo levantado. En este caso se trata de imponer una explicación de la proporcionalidad humana que supere los dos sistemas de medidas vigentes: pulgadas y métrico decimal. En ese momento, Le Corbusier prioriza la pura forma –nivel icónico, Primeridad– a partir de dibujar –diseñar– al hombre a partir de dos series de Fibonacci que él denomina Serie Azul y Serie Roja. Este trabajo pretende dar cuenta, mediante un tercer sistema de representación –el Lenguaje Gráfico TDE (Jannello-Guerri), de las operaciones de diseño puro (Jannello 1980) implícitas tanto en el hombre de Vitruvio como en el hombre con el brazo levantado. Se trata de traducir la representación gráfica en perspectiva –proyecciones cónicas, analógicas– del dibujo de Leonardo y la proyección ortogonal –Sistema Monge– de la silueta de Le Corbusier a un texto gráfico –las proyecciones relacionales (Guerri, 2012)– que permiten reconocer las operaciones de diseño –selección y combinación– estableciendo las poéticas diferenciales de cada momento histórico.