Una lectura en clave sistémica de la actual conflictividad social

Resulta evidente la exacerbación progresiva de los antagonismos en muchas sociedades democráticas occidentales, en particular los de aquellos que encuentran expresión en luchas políticas y culturales. Si bien se puede considerar el conflicto social como una especie de real transhistórico, el siglo XXI muestra como dato su beligerancia creciente (el aumento en Argentina de la violencia simbólica entre actores políticos o de femicidios constituye un buen ejemplo, pero no se trata para nada de un caso aislado: basta con observar situaciones similares que se dan en Brasil o EE.UU.). La confrontación no es, por supuesto, un fenómeno desconocido para las ciencias sociales. Una rama de la teoría política, inspirada en C. Schmitt, ubicó las relaciones diferenciales y antagónicas como constitutivas de las sociedades y determinantes de las identidades políticas (basta con remitirse, por ejemplo, a los trabajos de E. Laclau y Ch. Mouffe). Por su parte, la reflexión semiótica ha producido –digamos que a partir de los trabajos de M. Bajtín sobre el dialogismo–, una vasta serie de instrumentos para conceptualizar las interacciones de todo nivel y tipo y, de manera más concreta, para abordar la enunciación adversativa que especifica el funcionamiento del discurso político –en este punto es obligada la referencia a E. Verón–. Ahora bien, en todos estos casos se pensó que alguna versión de la democracia operaba como dique de contención o como mecanismo de domesticación del conflicto. El aspecto singular que la fenoménica le presenta hoy a la reflexión semiótica puede resumirse en los siguientes interrogantes: ¿Por qué en nuestra sociedad –pero no solo en ella– los antagonismos generan situaciones de violencia progresiva? ¿Por qué la dinámica conflictiva propicia el éxito electoral de propuestas abiertamente autoritarias (que parecen poner en jaque, democráticamente, el mismo sistema democrático)? ¿Por qué las fantasías de supresión del adversario se enuncian de manera explícita, casi como programa de gobierno? El reto es, en definitiva, considerar una lógica discursiva que, a fuerza de intercambios que agudizan la diferenciación, parece poner a muchas comunidades al borde de su estallido. Hasta aquí la problemática. El objetivo concreto de nuestra propuesta es, a partir del estudio de un conjunto de interacciones pertenecientes a la esfera política, exponer la vigencia y el rédito explicativo de los enfoques sistémicos de la comunicación para abordar la cuestión expuesta. En particular, se pretende dar cuenta de la dinámica discursiva de esta conflictividad acumulativa a partir de los conceptos de cismogénesis simétrica y feedback positivo en la formulación que le dieron G. Bateson y sus seguidores. La propuesta también encara, con este mismo dispositivo conceptual, los problemas que enfrenta la crítica para desarticular esta situación “patológica” y las limitaciones del observador para ubicarse fuera de estos esquemas de comportamientos y estudiarlos; es decir, también consideramos las restricciones metacomunicativas y epistemológicas.
País: 
Argentina
Temas y ejes de trabajo: 
Semióticas de los discursos doxológicos (político, religioso, periodístico)
Institución: 
UBA, UNA, UNGS.
Mail: 
nicolasberm@gmail.com

Más expositores para este abstract

Domin Choi

Estado del abstract

Estado del abstract: 
Accepted
Desarrollado por gcoop.